El poder del color II

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El color puede influir en la decisión de la compra de un determinado producto, si bien también es cierto que afecta de un modo u otro dependiendo del comprador, ya que tiene unas preferencias personales y unos antecedentes culturales.

Como dijimos en un primer post sobre el poder del color, éste estimula el subconsciente y sin duda altera nuestra percepción sobre las cosas. Es por ello que parece obvio que el color puede influir en la decisión de la compra de un determinado producto, si bien también es cierto que afecta de un modo u otro dependiendo del comprador, ya que tiene unas preferencias personales y unos antecedentes culturales, donde también influye el sexo, la edad, el nivel socioeconómico y hasta la zona geográfica.

El color en su primer impacto tiene que trabajar con rapidez en la mente del consumidor, ya que en tan sólo tres cuartos de segundo produce una sensación, bien sea positiva o negativa. Por otro lado, un consumidor crea una opinión sobre un producto en menos de 90 segundos, y en esa opinión influye únicamente el color elegido entre un 62% y 92%. Por otro lado, también se sabe que una imagen a color atrae el doble de clientes que una en escala de grises.

La misión del color

Lamentablemente, para los que nos dedicamos a esta profesión, no hay una regla general para acertar con el color ya que normalmente va acompañado de otros elementos en su composición y es tarea del equipo considerar la mejor combinación en los elementos dependiendo de la imagen que queramos proyectar.

Así pues, hablamos de una “misión cromática” encauzada a seducir al consumidor, dar jerarquía en el mensaje, crear identidad o marca. Ahora recordemos un anuncio de la Navidad del año 1997 donde aparecía un niño que decía constantemente “Hola soy Edu, feliz navidad”; bien… ¿recuerdas de qué compañía telefónica se trataba? Una gran mayoría de los televidentes no lo recuerda, y sorpresivamente este anuncio fue un fracaso en cuanto a ventas, ya que no logró que el público lo asociara a la marca. Esto ocurre cuando se crea un anuncio de gran impacto, tanto que anula la marca. Ahora bien, es muy probable que, de haber usado el color corporativo de esta marca en algún elemento visual del anuncio, la gente sí hubiera recordado la marca. ¿Magia? No, es el poder del color.

Pilar Figueroa, directora de arte.