Identidad corporativa.
La identidad de marca es la esencia de la marca. De acuerdo con la American Marketing Association, es cualquier característica distintiva de los productos o servicios de un vendedor, como logos, nombres, tipografías, slogans, claim e incluso la gama cromática. Conseguir que tu marca sea reconocible es esencial para cualquier negocio, ya que ayuda a construir una relación de fidelidad con tu público.
Aunque es una parte muy importante, crear un logo o decidir el color que representará nuestra compañía no es suficiente. Nuestros clientes deben sentirse conectados con la marca y eso podemos conseguirlo a través de la confianza, de los valores que transmite nuestra marca o de la experiencia de consumo de nuestros productos o servicios. Elegimos un producto por su calidad-precio, pero también por los sentimientos que nos transmiten o como nos hacen sentir, la pertenencia a un grupo o a una comunidad es un sentimiento que el ser humano busca por naturaleza. Esto es lo que denominamos imagen de marca.
Por grande o pequeña que sea la compañía, es un aspecto esencial que debe tenerse en cuenta desde el momento que se crea la firma, ya que será la cara visible de la empresa, la primera impresión que despertaremos en los consumidores e incluso la que irá dejando huella con el paso del tiempo. Destacarás sobre la competencia y esto generará un valor añadido con respecto a tus clientes, lo que moverá la balanza a tu favor ante una decisión de compra.
Es decir, la identidad de marca es lo que la empresa busca expresar, y la imagen de marca lo que las personas perciben de nuestra compañía. El objetivo del branding persigue alinear ambas para minimizar la distancia entre ellas.
Ya hemos hablado de identidad de marca e imagen de marca, pero ¿qué es la reputación de marca?
Mientras que la imagen de la empresa que se forman los públicos tiene que ver con el conjunto de inputs que reciben, la reputación es la valoración de estos inputs según unos criterios, es decir, las acciones que lleva a cabo a lo largo del tiempo, que se forma a raíz de sus interacciones en el mundo offline y online y que contempla diferentes datos sobre ella, creados y publicados por la marca o por terceras personas. El reto de la gestión de la reputación es minimizar el gap que existe entre la imagen emitida y la recibida.
De acuerdo con el modelo RepTrak, del Reputation Institute, la reputación de una empresa está conformada por 7 aspectos:
7. dimensiones de la reputación corporativa:
- Oferta (producto/Servicio)
- Innovación
- Liderazgo
- Entorno de Trabajo
- Integridad (ética y gobierno corporativo)
- Ciudadanía corporativa o responsabilidad social
- Performance financiero
Cuando se obtiene una buena evaluación en los 7 criterios anteriores, lo que se crea es: confianza, admiración, estima y una buena imagen de la marca, lo que detona diversos beneficios, como ventas, recomendaciones, blindaje ante la crisis, apoyo de boca en boca, inversiones y atracción de talento a la compañía.