Los medios de comunicación como vehículo de transformación social

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Cada 10 de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos pues tal día como hoy, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en París la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). Se trata de un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona por el mero hecho de existir, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen, posición económica o cualquier otra condición, y de los que nadie puede ser privado. Con ello se persigue la igualdad, inclusión y no discriminación como vía para reducir las desigualdades existentes en el mundo que afectan a nuestra condición de seres humanos.

Pese a ese objetivo internacional común, en la actualidad continúan siendo muchas las situaciones en las que se vulneran derechos fundamentales en diversas esferas de la vida cotidiana, desde los hogares y la calle hasta en Internet. Derechos fundamentales como el de la no discriminación, el de la libertad de expresión, el de no ser sometido a esclavitud o servidumbre o el de la privacidad son algunos de los que son violados en diversos puntos de la geografía internacional con más asiduidad de la que debería ser inherente a una sociedad que ha tenido tiempo suficiente de aprender de las atrocidades cometidas en tiempos pasados. 

En este sentido, si hay una reflexión que pueda hacerse tal día como hoy; además de buscar la manera de poner fin a la persistencia de semejantes injusticias, es la de que de todas esas realidades injustificables somos conscientes en su inmensa mayoría a través de los medios de comunicación.

La información que se transmite a través de ellos, ya sea en forma de noticias, reportajes, fotografías, documentales u otro tipo de material, abre una ventana al mundo para poder mirar más allá de nuestro día a día y del círculo social en el que nos movemos. Es a través de ese “cuarto poder” mediante el que podemos descubrir que más de 70 años después de ese pacto conjunto en defensa de los derechos humanos aún continúan violándose la mayoría de los 30 derechos fundamentales que lo constituyen.

La información en defensa de los derechos humanos

La relación entre los derechos humanos y los medios de comunicación es o debiera ser absoluta. Bien utilizados pueden convertirse en la mejor escuela de educación social para transformar la conciencia general de la humanidad y promover valores que consigan una sociedad justa e igualitaria.

Si bien lo más habitual es hacerse eco de noticias que informan de manera superficial de la vulneración de derechos fundamentales, no es objetivo obviar los reportajes de denuncia ante tal quebrantamiento, así como las entrevistas a víctimas de la violación de los mismos o a personas comprometidas en organismos que defienden los derechos humanos.

En este caso, cuando el objetivo es lograr acciones para el cambio social a través de los medios de comunicación, el discurso que se transmite a través de estos debe ser estudiado y diseñado a conciencia. Solo de ello dependerá que el silencio que reina entre amplias mayorías en el mundo pueda ser visibilizado para que las condiciones actuales sean revertidas en defensa de algo tan importante como la justicia, paz e igualdad.

Así, la comunicación para el desarrollo a través de la defensa de los derechos humanos es una potente herramienta capaz de desafiar a los modelos unidireccionales, que impiden a numerosos grupos participar del discurso público y disfrutar de una sociedad más justa e igualitaria. Y, en el caso de los países desarrollados, en los que el modelo vigente suele permitir la participación ciudadana, los medios son la vía para conocer la verdadera realidad social, aquella en la que también se vulneran derechos, aunque estos sean de otra índole.

En resumen, la necesidad de enseñar los derechos humanos al ciudadano, desde la familia, la escuela y los medios de comunicación es más que necesaria. Al respecto, la comunicación se plantea como estrategia de educación para empoderar a la ciudadanía y formar sujetos libres, autónomos y críticos, comprendiendo los problemas estructurales existentes y siendo partícipes de una sociedad que construyen colectivamente.

Únicamente promoviendo un periodismo más responsable en aras de lograr una acción transformadora y una labor de sensibilización se conseguirá pasar de la impasividad ante la información recibida de situaciones de vulneración de derechos, que normalmente son vistas y asumidas como normalizadas, a una acción real conjunta para poner punto y final a las injusticias que a día de hoy continúan cometiéndose.