Autor: Raquel Frutos, Consultora de Relaciones Públicas y Comunicación Corporativa
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre 2006 y 2020 fueron asesinados en el mundo más de 1.200 periodistas. Esta cifra mejoró en 2021, cuando se asesinó a 55 trabajadores de los medios de comunicación, lo que supuso el menor número de muertes anuales en más de una década. A pesar de estos logros, queda mucho camino que recorrer para atajar problemáticas que subyacen como el alto índice de impunidad de los delitos contra los periodistas o las nuevas formas de amenazas.
En cuanto a los países con mayor índice de riesgos para el desarrollo de la labor informativa, el Observatorio de Periodistas Asesinados de la UNESCO desvela que dos tercios de los asesinatos cometidos en 2021 se produjeron en países que no sufren conflictos armados. Esto revierte la situación de años anteriores pues, en ejercicios como 2013, dos tercios de los asesinatos tuvieron lugar en países en conflicto. En concreto, la mayoría de las muertes que tuvieron lugar el ejercicio pasado se produjeron en dos regiones: Asia-Pacífico, con 23 asesinatos, y América Latina y el Caribe, con 14.
Además, la violencia contra periodistas se ejerce de diversos modos, no solo en forma de asesinatos, sino que también sufren elevados índices de amenazas, secuestros, agresiones físicas, detenciones arbitrarias, acoso, desapariciones forzadas y tortura. El agravante al respecto es que no solo ponen en riesgo su vida cuando cubren conflictos armados, sino también cuando su labor es informar acerca de asuntos espinosos como la política, el crimen o la corrupción. Asimismo, un informe publicado por la UNESCO, el pasado mes de abril, alertó de un agravante cuando las protagonistas son mujeres periodistas, quienes se enfrentan a una gran prevalencia del acoso en línea. Según dicho organismo, casi tres cuartas partes de las periodistas habían sufrido violencia en línea relacionada con su trabajo, cuyas prácticas incluyen acoso, trolling, doxing, violación y amenazas de muerte.
Elevada impunidad de los crímenes contra periodistas
Uno de los factores que no contribuye a atajar la problemática es que la impunidad de estos crímenes continúa siendo generalizada. Desde 2006, el 87% de los asesinatos de periodistas perpetrados contra informadores continúan sin resolverse.
Así, la impunidad es un factor que agudiza el problema al inducir a más asesinatos por encubrir los graves abusos que se producen contra los derechos humanos e invisibilizar lacras como la corrupción y la delincuencia. Por tanto, la información que es silenciada es precisamente la más valiosa para la opinión pública.
Por este motivo, poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas es crucial para poder garantizar la libertad de expresión y el acceso a la información por parte de los ciudadanos. No solo los crímenes, sino también las amenazas y otras formas de violencia que se cometen contra periodistas, generan un clima de miedo que impide la libre circulación de información.
Al respecto, organismos como la UNESCO tienen la misión de garantizar la libertad de expresión y la seguridad de los periodistas en el mundo y coordina el Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad, que cumple 10 años en 2022.
En palabras de Audrey Azoulay, Directora General de este organismo: “en 2021 demasiados periodistas pagaron el precio máximo por sacar a la luz la verdad. Ahora mismo el mundo necesita más que nunca información independiente y objetiva. Debemos hacer más para garantizar que quienes trabajan incansablemente para proporcionarla puedan hacerlo sin miedo”.
Por este motivo, dicha organización pide cada año a los gobiernos, sociedad civil y medios de comunicación que defiendan el estado de derecho y que sumen esfuerzos mundiales para poner fin a la impunidad. Entre otras acciones reclama una investigación completa, ofrecer formación a periodistas y profesionales del sector judicial, desarrollar políticas y leyes de apoyo, y sensibilizar a la población mundial a través de eventos como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra anualmente el 3 de mayo.