Autor: Raquel Frutos, Consultora de Relaciones Públicas y Comunicación Corporativa en iMADES Communication
la retención del mejor personal sanitario. Sin embargo, su calado en España se demoró hasta el comienzo del siglo XXI, cuando se comenzó a comprender la importancia de su aplicación en todo tipo de compañías independientemente de su tamaño. Aunque por todos es conocido ejemplos exitosos de employer branding en compañías como Google o Netflix, algunas de las mejor valoradas para trabajar, las pymes también deberían esforzarse por encontrar políticas ejemplares de empleo para poder ser percibidas como entidades destacadas a las que pertenecer.
Importancia de cuidar el employer branding
En una sociedad plenamente digitalizada en la que la información de todo tipo está al alcance de cualquiera, todos los candidatos/as a un puesto de trabajo reconocen investigar acerca de la empresa que lo oferta en canales como la web y las redes sociales para consultar datos de la misma y opiniones de otros empleados antes de decidirse a trabajar en ella. Por tanto, tienen una actitud crítica previamente a inscribirse en la oferta de trabajo.
De este modo, cuidar el employer branding supone ganar puntos de ventaja a la hora de reclutar talento para trabajar en una compañía, pues de la buena o mala reputación que esta se haya labrado en su calidad de empleadora dependerá el poder integrar en sus plantillas a los mejores candidatos.
De igual forma, contar con trabajadores satisfechos es la mejor garantía de fidelización de los mismos al mejorar su grado de compromiso con la empresa. Esto evitará la reducción de personal y ahorrará tiempo para cubrir puestos de trabajo. Además, bien es sabido por todos que a mayor índice de bienestar laboral mayor será la productividad y, por tanto, más exitosos serán los resultados de negocio.
Otro de los beneficios adicionales que se obtienen a través del employer branding es conseguir que los trabajadores se conviertan en embajadores de marca. Nadie mejor que ellos para hablar de forma natural y no premeditada acerca de las bondades de formar parte de una empresa si lo que se pretende es construir un discurso creíble para posibles candidatos/as y consumidores/as.
Todo esto permitirá a las empresas construir una imagen de valor que les permita diferenciarse de la competencia.
Claves para un buen employer branding
Cuidar a los empleados
Toda buena estrategia de employer branding comienza con una investigación por parte de la empresa para saber qué prioridades y necesidades tienen los empleados, de modo que puedan ofrecerles una propuesta de valor atractiva para lograr cumplir sus expectativas.
Para toda empresa con una imagen exitosa como empleadora, las personas son lo primero. Además de tener una buena relación con la plantilla, ofrecer beneficios sociales a los trabajadores, como es flexibilidad de horarios para favorecer la conciliación o en las vacaciones, aseguran un bienestar por su parte que se traducirá en buenos comentarios acerca de la compañía y en su fidelización.
Siempre comunicar con transparencia
La honestidad y transparencia en la comunicación interna y externa son pilares fundamentales para que una empresa consiga una reputación favorable. Mostrar sus auténticos valores, su manera de trabajar y cómo trata a sus empleados es vital para labrarse una imagen creíble y cercana.
Redes sociales, un aliado
Según un estudio llevado a cabo por LinkedIn, los tres principales canales en los que las organizaciones publican sus ofertas son su sitio web (69%), las redes profesionales en línea (61%) y las redes sociales (47%).
De este modo, el uso de las redes sociales para compartir información del día a día de la empresa, eventos y otras novedades, así como participar en las conversaciones que generen los empleados, es crucial para acercarse al target objetivo. Al respecto, invertir tiempo en estos canales y elegir a los mejores profesionales para su gestión es una decisión fundamental.
Dar voz a la plantilla
La creación natural de embajadores de marca internos, que comparten contenidos acerca de la compañía y la defienden ante los diferentes steakholders externos, debido a su orgullo de pertenencia a la misma es la mejor fórmula para conseguir una buena reputación. Siempre resultarán más creíbles las palabras de un empleado que de los altos cargos de una compañía, los cuales se presupone que están en su deber de defenderla independientemente de su alineación con la cultura y valores de la misma.
Inclusión de todo el personal
La última de las claves es lograr que todos los empleados avancen en una única dirección para lo cual es necesario hacer que se sientan partícipes de los éxitos y los retos que atañen a la compañía.
La comunicación interna, el contar con un cometido y objetivos claros, el sentirse valorado/a y escuchado/a, así como la igualdad son requisitos que influyen en conseguir una buena reputación.
Por todo ello, para cualquier empresa, independientemente de su tamaño y el sector en el que opera, es fundamental cuidar su imagen como marca empleadora si pretende ser competitiva en un contexto marcado por una feroz guerra de talento.