Las 6 claves para afrontar una campaña electoral exitosa en América Latina

Este año 2018 y el próximo 2019, junto con el ya pasado 2017 serán recordados en toda América Latina como un trienio cargado de procesos electorales que podrá dar lugar a múltiples cambios en casi todos los países al sur de Estados Unidos.

Este año 2018 y el próximo 2019, junto con el ya pasado 2017 serán recordados en toda América Latina como un trienio cargado de procesos electorales que podrá dar lugar a múltiples cambios en casi todos los países al sur de Estados Unidos.

En 2017 los procesos que comenzaron estos tres años de procesos electorales fueron las elecciones presidenciales de Chile y las legislativas de Argentina, en las que Piñera salió elegido dando un cambio de rumbo ideológico a Chile y Macri reforzado frente al peronismo que históricamente está casi institucionalizado en Argentina.

Este 2018 será el más cargado de procesos electorales presidenciales. Costa Rica comenzó en febrero con una primera vuelta y finalizó en abril en segunda vuelta, y hay que sumar a Colombia, Brasil, Venezuela que ha revalidado a Maduro, Paraguay donde los conservadores impusieron su programa el pasado abril, y México, donde el próximo junio puede ser elegido por primera vez un candidato ni priista ni panista.

Además de presidenciales, habrá elecciones legislativas, municipales y a otras entidades administrativas internas en Brasil, Colombia, Costa Rica, Paraguay, Venezuela, El Salvador y Perú.

Con un 2018 que precede a un 2019 en el que Argentina tendrá que volver a elegir presidente, en términos generales, 2017, 2018 y 2019 van a ser años clave para el desarrollo político de toda América Latina.

A continuación, os desvelaremos las claves que en iMades consideramos esenciales para cualquier campaña electoral en términos generales y en América Latina en particular.

Es muy común hablar de tres pilares principales de una campaña: Candidato, Programa y Mensaje. Se trata de las tres patas sobre las que se sostiene toda una estrategia de campaña que, bien ejecutada y, sobre todo, mejor ejecutada que la de los rivales, dará resultados positivos.

El candidato/a es un pilar fundamental de la campaña. Es, por decirlo de una manera, el encargado de vender el programa (segundo pilar fundamental) y para ello debe conocer su propuesta bien y ser capaz de transmitirla (mensaje). En muchas ocasiones, y especialmente en América Latina, debido a la gran influencia de los Estados Unidos, el propio candidato es un “producto” en sí mismo. Y como “producto” que es, hay que tener claro que nunca va a gustar a todo el mundo (tiene que gustar a la mayoría). El candidato/a, su manera de actuar, su comportamiento para con su entorno, los electores, su día a día van a estar sometidos a una vigilancia constante. Es fundamental entender que cada gesto que haga es una oportunidad más tanto para empatizar con los electores como para no, por lo que hay que entender que en sí mismo es un símbolo. Por eso y porque una campaña electoral supone un desgaste físico y mental muy grande hay que cuidarlo a él y a todo su entorno, especialmente su familia. Su tiempo es oro, y debe ser prioritario.

Y, sobre todo, el candidato a ser genuino. Debe ser capaz de adaptar sus discursos a un público determinado en un momento determinado y que se sienta cómodo diciéndolo. Un candidato que repite cual mantra un discurso generado por su equipo termina por mostrar su poca autenticidad.

Hacer campaña positiva o negativa, muchas veces es un dilema. Es verdad que la lógica y la experiencia nos dicen que las campañas realizadas en clave positiva son más efectivas, pero una campaña negativa bien ejecutada es también extremadamente efectiva, pero sólo hay que utilizar una campaña negativa cuando sea estrictamente necesario. Igualmente hay que tener en cuenta que el daño que podemos infligir con una campaña negativa es mucho y que ese mismo tipo de campaña que se puede realizar contra un rival, la pueden realizar contra nuestro candidato o el partido de éste, por lo que toda prevención siempre es poca.

Es habitual olvidarse del poder y la injerencia de terceros que pueden interferir durante las campañas electorales hasta el punto de llegar a dilapidarlas. En este caso hablamos de los ya conocidos lobbys o grupos de presión. Por eso es fundamental centrarse y analizar dónde está el poder real y utilizarlo en favor de nuestro candidato. Detectar los grupos de presión y financiadores correctos, será vital para el desarrollo exitoso de la campaña.

Como en tantos otros aspectos, la planificación y la organización son claves para el desarrollo de una campaña electoral. Por eso es fundamental empezar pronto. Pese a que el candidato aún no esté definido, el partido debe estar preparando la campaña casi desde que terminó la anterior y una vez se haya recuperado del desgaste que ésta haya podido suponer. Es esencial tener un timing determinado lo suficientemente flexible y lo suficientemente inamovible en el cual se establezcan claramente cuáles son las acciones a llevar a cabo y la prioridad de las mismas.

Respecto a la organización del propio equipo de campaña, es fundamental entender que se trata de un equipo que debe dar respuesta de manera rápida y eficiente. Debe existir un clima de confianza mutua, un protocolo claro respecto de la toma de decisiones y una comunicación interna lo más eficiente e inmediata posible.

En cuanto a la propia formación política, es vital contar con un partido unido, ya que en muchas ocasiones las divisiones internas llevan al candidato y a las estructuras del partido a centrarse en cuestiones internas que poco importan a los electores. Asimismo

Resulta evidente afirmar que siempre vamos a huir de los riesgos innecesarios, pero es igual de evidente que gran parte de las campañas caen en ellos constantemente. Por eso, dentro de este apartado definiremos algunos de esos riesgos innecesarios en los que tantos equipos de campaña se muestra reiterativos. A modo de analogía, son como un equipo de fútbol que sabe que jugando de determinada manera le meten muchos más goles.

  • Usa las herramientas o técnicas que estén funcionando hasta que se agoten
  • Primero protege tu nicho de votantes y después ataca el de tus rivales
  • Al votante no le podemos subestimar. En la era de la información los votantes tienen una capacidad crítica que antes no había.
  • La autodestrucción es muy habitual Candidato y partido, en muchas ocasiones se enfrascan en cuestiones que les sumen en una espiral sin fin. Es una situación que ocurre en partidos muy divididos o que no han resuelto conflictos internos que arrastran del pasado.
  • Las encuestas: hay que saber interpretarlas, pero no creérselas como una verdad absoluta.
  • Conoce a tus rivales: es evidente que el centro de la campaña son el candidato y el partido, pero no por ello hay que olvidarse de conocer a los rivales. Estudiar y conocer al rival nos permitirá mejorar nuestra toma de decisiones y aumentará la tasa de acierto de las mismas.
  • Salir lo mejor parado posible parece evidente. Pero en muchas ocasiones, en las campañas, no se mide cuánto se aprieta el acelerador. Igual que en una carrera de motos, no hay que tener miedo a apretar el acelerador, pero hay que evitar que la moto vaya al suelo. Hay que salir vivos para repetir en las próximas elecciones.
  • No mentir: Las mentiras tienen las patas muy cortas, y se las pilla rápido. Y el electorado está dispuesto a perdonar errores, pero las mentiras constantes penalizarán siempre a cualquier candidato.

Por otra parte, está el uso de la tecnología en las campañas electorales que, en los últimos años, especialmente desde la primera victoria de Obama se ha considerado fundamental para cualquier campaña. En buena medida es verdad, pero hay que tener un especial cuidado. Es necesario contar con expertos que manejen las tecnologías que vayamos a implementar y que sean buenos conocedores de los datos y garanticen que éstos tienen una calidad óptima y posteriormente sean también capaces de hacerlos digeribles para el equipo de campaña.

Por otra parte, está internet, ese “lugar” en el que todo deja rastro y todo es comprobable. Internet es un gran altavoz en el que a la hora de publicar algo no somos conscientes de la magnitud que puede alcanzar una publicación en un blog o un tweet. Por ello es fundamental que el candidato no maneje sus perfiles en redes sociales, algo, en muchas ocasiones, extremadamente difícil.

A grandes rasgos, estas son las claves principales para afrontar una campaña en América Latina durante los próximos meses.