Autor: Raquel Frutos, Consultora de Relaciones Públicas y Comunicación Corporativa en iMADES Communication
El próximo 13 de octubre se celebra el Día Internacional del Lenguaje Claro, fecha que tiene por objeto resaltar la importancia de que la comunicación pública sea comprendida por la ciudadanía, promoviendo que las entidades públicas efectúen comunicaciones más sencillas, empáticas, transparentes y efectivas con la ciudadanía, de modo que la población comprenda un texto en la primera lectura.
El origen de la conmemoración se remonta al 13 de octubre de 2010, cuando el entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, firmó el Acta de escritura simple (Plain Writing Act) que contenía instrucciones para la redacción de textos oficiales en lenguaje claro por parte de los entes administrativos federales.
Diferencias entre la comunicación pública, política e institucional
Por comunicación pública se entiende toda aquella información y mensajes de interés general que son transmitidos por parte de las entidades públicas a un público masivo. Por el contrario, la comunicación política difiere de la anterior en que la difusión de información se produce en un contexto político y, por lo general, de acuerdo a los intereses particulares de partidos y políticos determinados. Así pues, mediante la comunicación política se trata de moldear y persuadir a la opinión pública para generar empatías o rechazo. De hecho, entre los pilares de toda estrategia de comunicación política se encuentra el análisis del discurso, el dominio de técnicas de oratoria, el diseño de campañas de comunicación en periodos electorales, la gestión de crisis y la relación con los medios de comunicación.
Por su parte, la comunicación gubernamental se enmarca dentro de la comunicación política y se centra en información acerca de la gestión y administración pública con el objetivo de generar consenso y fortalecer la relación entre los altos mandatarios del Gobierno y la ciudadanía para poder realizar una gestión exitosa. En concreto, debe asegurar que la opinión pública y la sociedad conozcan las decisiones que se toman desde el Estado.
Objetivos de la comunicación pública
La comunicación pública se considera un elemento clave para la mejora de la confianza pública y el fortalecimiento de la democracia. Entre sus principales beneficios se encuentran:
- Relación de confianza con la ciudadanía: de un modo general la población no suele sentirse escuchada, comprendida ni identificada con las instituciones, pues circula la creencia de que estas no realizan ninguna función de utilidad para la ciudadanía. La única vía para revertir este sentimiento es realizar una gestión adecuada de la comunicación pública, lo cual ayudará a acercar las instituciones a la población y crear una relación de cercanía entre las partes.
- Transparencia: el comunicar de forma clara y comprensible asuntos de interés general es un acto de transparencia que permitirá a la ciudadanía mejorar la imagen de las instituciones y depositar su confianza en ellas.
- Mejora de la reputación: una correcta gestión de la comunicación pública, por las razones antes expuestas, conlleva a un posicionamiento positivo y a una mejora de la reputación de las entidades entre la opinión pública. Además, ello permitirá un mayor apoyo por parte de la ciudadanía para alcanzar los objetivos propuestos.
- Participación de la ciudadanía: un público que se siente atendido, escuchado e informado es menos resiliente a la participación ciudadana, la cual es clave en toda democracia. Además, si se logra que las personas perciban que su opinión es útil, el sentimiento de responsabilidad se incrementará. Como suma de esa colaboración conjunta se podrán adoptar decisiones que reviertan en beneficio de todas las partes implicadas.
- Mayor productividad a nivel interno: la comunicación también debe realizarse a nivel interno, entre la plantilla y altos cargos de las entidades, para tener un flujo adecuado de información y una comunicación fluida. Esto redunda en una mejora de la productividad y evita la falta de entendimiento en las labores diarias.
Claves para una comunicación pública eficaz
Una de las mayores barreras en la comunicación entre las entidades y organismos dependientes del Estado es la falta de comprensión de las informaciones divulgadas por parte de la población debido al lenguaje excesivamente complejo que se emplea. Por ello, la premisa principal para una comunicación pública exitosa es erradicar los tecnicismos en todas las instancias y poderes estatales, pues ello permitirá una mejora de la comprensión de textos especialmente de carácter legislativo.
Asimismo, en toda comunicación pública eficaz es clave la bidireccionalidad e involucrar al público en el proceso comunicacional. Esto puede llevarse a cabo a través de encuestas, foros de discusión y eventos participativos difundidos en canales como la página web y redes sociales. El fin es impulsar la participación activa de la audiencia para conocer su opinión, intereses, necesidades y preocupaciones.
Por último, y como sucede con la comunicación empresarial, la información que se transmite debe ser coherente con la identidad de las instituciones públicas, de modo que esté alineada con sus valores, misión, visión y principios fundamentales. Además, la comunicación institucional debe transmitir mensajes coherentes en todos los canales que reflejen y refuercen la cultura organizacional.
En resumen, en un mundo interconectado y sobresaturado de información y la comunicación cobra cada vez mayor relevancia, transmitir mensajes accesibles, claros y de interés general para la opinión pública es de vital importancia para las entidades con el fin de transmitir la credibilidad y confianza que necesitan para ser reconocidas por la labor que realizan.