Neuromarketing, el cerebro al servicio del marketing

Autor: Raquel Frutos, Consultora de Relaciones Públicas y Comunicación Corporativa en iMades Communication

El cerebro del ser humano siempre ha sido objeto de estudio y una de las áreas que ha decidido investigarlo desde hace algunos años es el marketing. Con el fin de entender las decisiones de compra que adoptan los consumidores, los orígenes del neuromarketing se remontan al año 2002 y actualmente es una técnica que se basa en la neurociencia (en el estudio del comportamiento del cerebro humano) para observar, medir y predecir las reacciones y respuestas de las personas frente a estímulos sensoriales que proceden de la publicidad. Por tanto, es una disciplina que combina el marketing y la psicología para averiguar los efectos que una marca, un producto o una estrategia de marketing y comunicación produce en el cerebro del consumidor.

Así, la teoría de fondo que sustenta esta técnica es la demostración de que la gran mayoría de las decisiones de compra están condicionadas por nuestro subconsciente, aunque el cerebro haga creer que se adoptan de forma racional. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Harvard, el 95 % de las decisiones de compra se realizan de forma inconsciente. De este modo, este tipo de marketing identifica cuáles son los deseos, las necesidades y las motivaciones inconscientes que tienen los clientes respecto a sus decisiones de compra para que una marca cumpla con sus objetivos de marketing y de ventas, por un lado, y para que pueda acercarse a clientes potenciales por otro.

Diferentes tipologías de neuromarketing

Existen tres tipos de neuromarketing fundamentales:

  • Visual: interviene la vista, siendo este el sentido por el que más rápido llegan las imágenes al cerebro. Es el tipo de marketing más recurrente entre las marcas.
  • Auditivo: el sonido siempre ha sido un canal muy importante para el ser humano, puesto que los sonidos y la música ayudan a reforzar el mensaje y despiertan sentimientos en el ser humano.
  • Kinestésico: es la rama menos empleada, pero cada vez más marcas la emplean. Tiene relación con los sentidos del gusto, el tacto y el olfato. Este último es uno de los sentidos que más recuerdos genera en el cerebro, por lo que el marketing olfativo es un recurso en alza.

Así, ejemplos prácticos de aplicaciones por parte de las marcas de esas tipologías de neuromarketing sería, por ejemplo, el empleo de la psicología de los colores. Esta consiste en utilizar algunos concretos para despertar sensaciones específicas e influir en el estado de ánimo del consumidor. Por todas las personas es conocido que colores como el negro se asocian con la seriedad, mientras que otros como el rojo lo hacen con el amor y la energía, el verde con el medioambiente y la relajación y el amarillo con la vitalidad, alegría, energía y optimismo.

Otro ejemplo sería el empleo de música o un olor agradable en las tiendas para incitar a las personas a entrar y a permanecer más tiempo en las mismas e impulsar a la compra.

Beneficios del marketing neuronal

La aplicación del neuromarketing permite a las marcas y las empresas obtener múltiples ventajas. Entre ellas se pueden distinguir:

  • Conocer de forma más detallada a los consumidores de una forma no intrusiva, detectando sus deseos, necesidades y patrones de comportamiento de consumo para anticiparse a los mismos.
  • Mejorar la experiencia de cliente en función de sus deseos y necesidades encontradas.
  • Desarrollar estrategias de marketing más precisas y efectivas.
  • Lograr una mayor atracción y fidelización de clientes.
  • Mejorar la imagen de la marca.
  • Disminuir el riesgo empresarial al permitir generar productos realizados específicamente para las necesidades del consumidor.

Por todo ello, se trata de una técnica de marketing que deben tener en cuenta las empresas en la actualidad. Según diferentes estudios, se espera que el mercado del neuromarketing logre una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) a nivel internacional de un 8,9% desde el año 2020 al 2027.