¿Cómo un rebranding de marca puede revolucionar tu negocio?

rebranding de marca

La imagen que un negocio proyecta puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en el mercado internacional. Si la trayectoria de una empresa parece comprometida o estancada a nivel global, conviene evaluar si ha llegado el momento de establecer una estrategia de rebranding de marca.

¿De qué se trata este concepto? ¿Realmente merece la pena considerarlo? ¿Cómo implementarlo de manera satisfactoria en un entorno tan competitivo como el internacional? En las siguientes líneas, en colaboración con nuestra agencia de comunicación internacional, te explicamos detalladamente todas estas cuestiones. ¡Es hora de revolucionar tu negocio y destacar en el ámbito global!

¿Qué es el rebranding de marca?

El rebranding es una estrategia de marketing integral que consiste en modificar y mejorar la identidad de determinada marca. Dicho de otro modo, se trata de poner en marcha un conjunto de acciones que permitan alcanzar una posición más sólida en el mercado.

Abarca más que cambiar el nombre o el diseño corporativo, ya que también se modifican todos los elementos que la representan. Por ejemplo, la tipografía utilizada y la forma de comunicación entre los integrantes de una organización.

Su propósito principal radica en transformar la percepción que tienen los clientes e inversores sobre cierta empresa. Trata de conectar de una manera mucho más efectiva con el público objetivo mientras se redefine la identidad de la marca.

Contrario a lo que muchos creen, el rebranding no se reduce a una pequeña modificación del logo o colores. Esta transformación requiere tomar decisiones complejas relacionadas con diferentes factores como los valores, las metas y el estilo de vida que la marca pretende transmitir.

Es una oportunidad sobresaliente para renovar, adaptarse a nuevos retos y corregir aspectos que podrían mejorarse. En pocas palabras, una redefinición profunda, estratégica y bien pensada de la imagen corporativa.

Por qué apostar por el rebranding de marca

El rebranding de marca es una estrategia acertada por múltiples razones. En primer lugar, favorece la adaptación de cualquier negocio a un entorno que cambia de manera constante, especialmente con la expansión del marketing digital.

Las empresas pueden renovar su imagen y mantenerse actualizadas en su nicho. Además, consiguen diferenciarse de la competencia, mostrar singularidad, perfilarse mucho mejor ante su audiencia y captar a nuevos clientes.

El rebranding refleja el crecimiento de un negocio y destaca su evolución y adaptación a lo largo del tiempo. Claramente, se convierte en una herramienta para mejorar la imagen empresarial y atender las demandas actuales que surjan. Por ejemplo, la responsabilidad social o la conciencia medioambiental.

Mantener la relevancia en un contexto empresarial dinámico y competitivo suele ser mucho más sencillo cuando las empresas deciden apoyarse en una agencia de comunicación internacional que las oriente en la implementación efectiva y acertada de dicha estrategia.

¿Cuándo debería una empresa considerar el rebranding de marca?

Antes que nada, hay que tener presente que el rebranding no es una respuesta automática a situaciones de crisis o un simple deseo de cambio. Una marca es un activo valioso y su evolución debe estar alineada a unos objetivos estratégicos claros.

Además de brillar en el sector, permite encontrar un diferencial auténtico y relevante para la audiencia. Su verdadero propósito es buscar una promesa de valor única que resalte la imagen corporativa entre la competencia.

En ese sentido, un buen empresario debe tener la habilidad de reconocer ciertas señales que reflejan la necesidad de aplicar el rebranding de marca. De hecho, las organizaciones líderes y con éxito en el mercado no son estáticas.

Para sobresalir, hay que adaptarse a las tendencias del mercado, así como a las necesidades y expectativas de los consumidores. Esta es una excelente manera de mantenerse competitivo y relevante. ¿Cuándo es el momento adecuado para considerar un rebranding?

Proyección de imagen inicial

Muchas marcas, en sus inicios, descuidan la coherencia. Esto puede llevar a una falta de consistencia en la comunicación. La renovación de la marca desde una etapa temprana es trascendental para establecer una imagen coherente y fresca.

Declive empresarial

El rebranding se vincula estrechamente con el ciclo de vida de una marca. Las empresas enfrentan cambios importantes desde el momento en que nacen y hasta que alcanzan su madurez.

Después del periodo de crecimiento, puede surgir una fase de declive. Cuando una empresa entra en esta etapa, es posible que surja una notable disminución en su trayectoria que le impida mantener la acostumbrada posición en el mercado.

Las estrategias de rebranding se aplican para revitalizar una marca madura que enfrenta dificultades o no tiene el alcance esperado. Asimismo, consiguen evitar el fracaso o descenso total en el rendimiento del negocio.

Sitio web desactualizado

La web es la carta de presentación virtual de una empresa. Si esta se encuentra desactualizada o descuidada, puede perjudicar la impresión inicial en los clientes potenciales. Debe estar al día y ser atractiva para cautivar a la audiencia.

Cambios en el objetivo central del negocio

El desarrollo de una operación comercial, la fusión con otra empresa, una adquisición o un cambio de nombre, motiva a considerar una modificación en la identidad de la imagen corporativa. Si un negocio cambia su objetivo central debe llevar a cabo un análisis minucioso sobre su reposicionamiento.

Será necesario examinar a profundidad el público objetivo, los productos, precios y estrategias de promoción. Esto puede ser mucho más sencillo con el apoyo de una agencia de comunicación de Madrid especializada en la materia.

Después de efectuar un cambio significativo en la estructura o la identidad de la empresa, resulta adecuado llevar a cabo acciones destinadas a aumentar la confianza de los clientes e inversores. De esta forma, será posible adaptarse a las nuevas tendencias o realizar los ajustes pertinentes conforme a las proyecciones del sector.

Esto aplica, de igual modo, si el nombre actual de la marca ya no representa su esencia o genera confusión. Cambiarlo estratégicamente puede ser indispensable. Comunicar este cambio de manera adecuada a la audiencia impide que se produzcan confusiones.

Similitud con otras marcas o deterioro de la imagen corporativa

La aplicación de esta estrategia figura como una necesidad urgente cuando surgen problemas legales o similitudes con otras marcas que obstaculizan el desarrollo empresarial. Esta es una medida imprescindible para superar dichos impedimentos. Se trata de preservar la integridad y singularidad.

Por otro lado, los errores en la comunicación o productos que no cumplen con las expectativas de los consumidores son algunos de los elementos que pueden perjudicar la percepción de una marca.

El rebranding es una estrategia efectiva en el ámbito del marketing digital para negocios cuya imagen se ha deteriorado a lo largo del tiempo.

Pérdida de identificación con los consumidores

Las marcas tienen que estar alineadas con los procesos de transformación que se desarrollan constantemente. Si los consumidores ya no se identifican con un concepto, es momento de evaluar la implementación de una estrategia de rebranding.

El público objetivo suele experimentar cambios con el transcurso del tiempo. Esto influye en el mercado en el que opera una empresa. Nuevas compañías surgen para satisfacer las demandas de dicha audiencia en evolución y aquellas que no se adaptan podrían quedar rezagadas.

Sin embargo, es recomendable evitar competir exclusivamente por la notoriedad. Ser relevante para el público objetivo es mucho más valioso que la popularidad.

Expansión geográfica del mercado

Para que una marca consiga expandirse a nuevas fronteras geográficas se requieren adaptaciones. Este proceso puede incluir cambios parciales o, en algunos casos, una transformación más radical de la imagen o los productos que se exhiben.

Todo esto se realiza con el propósito de adecuarse a diferentes culturas o expectativas del mercado. Tales ajustes aplican incluso si la internacionalización no es inmediata. Considerar una proyección internacional desde el inicio es una estrategia muy inteligente.

Cómo aplicar una estrategia de rebranding de marca acertada

El rebranding, como vía para el renacer de una marca, funciona muy bien. No obstante, su implementación efectiva dependerá en buena parte de tener en cuenta los aspectos que se desarrollarán a continuación. 

Conocimiento detallado de la marca, sus etapas y el público objetivo

Tener un entendimiento claro de la trayectoria de la empresa significa identificar las distintas etapas de la marca, particularmente si atraviesa un declive. En este punto, hay que definir la propuesta de valor única en comparación con la competencia.

Nunca hay que olvidar revisar la historia y los objetivos futuros del negocio. Estos son pasos importantes para trazar el camino hacia la restauración y redirigir la identidad corporativa.

Durante el análisis exhaustivo de la marca actual se pueden responder ciertas preguntas, por ejemplo ¿cuál es la posición de esta en el mercado?, ¿quiénes figuran como los competidores principales?, ¿cómo ha sido su evolución a lo largo del tiempo? Además, hay que considerar la imagen que transmite y evaluar la salud general de la organización.

Asimismo, en una campaña de rebranding se debe tener una comprensión profunda de la audiencia meta y la forma de conectar con esta. Hay que entender la percepción actual del público sobre la marca y sus expectativas.

La utilización de grupos focales permite examinar más a fondo el impacto actual, así como medir la posible influencia de los cambios planificados.

Establecer los objetivos, las prioridades, el presupuesto y proyecto

Tras identificar la situación de la empresa, hay que definir los objetivos del rebranding. Estos suelen incluir la expansión a nuevos mercados, la captación de otros clientes o la revitalización de una marca dañada.

También, se puede orientar a la mejora de posición frente a la competencia, la adaptación a las demandas del público y el seguimiento de cambios comerciales.

Se sugiere evaluar el nivel de inversión requerido para no subestimar el proyecto. Dicho proceso requiere tiempo, recursos y dinero. La planificación adecuada y realizar un cálculo del presupuesto son tareas obligatorias para asegurar que el rebranding sea una decisión estratégica y bien fundamentada.

Por otro lado, preparar una proyección que incluya las tasas de crecimiento, comparaciones de recursos previamente utilizados, indicadores de aceptación y costes de inversión. Una presentación que reúna todos estos elementos seguramente será muy útil para convencer a los directivos y socios.

Este es el momento perfecto de presentar los beneficios potenciales y demostrar cómo el rebranding impactará positivamente en la empresa.

Creación de un nuevo concepto

La creatividad forma parte integral de cualquier proceso de rebranding. Un equipo creativo es la pieza central para capturar y expresar adecuadamente las ideas. Es decir, colaboradores cualificados que reflejen la identidad corporativa de manera oportuna.

Indistintamente se trate de un cambio en el modo de trabajo o en la proyección de la imagen, la calidad y el valor del contenido son factores de especial importancia.

En este particular, probablemente sea necesario realizar la adaptación de todos los activos, como el logotipo o los materiales visuales. Hay que revisar desde un punto de vista crítico la creación de una identidad de marca coherente y efectiva.

Aquí también se debe asegurar la legalidad del nuevo nombre elegido a fin de evitar conflictos futuros por la utilización de uno que ya esté registrado. Para esto, hay que contar con la asesoría de un consultor especializado en el tema.

Comunicación oportuna con empleados y empleadas

Comunicar y educar al equipo sobre el significado y el impacto del cambio de branding es un asunto que jamás debe ser subestimado. Hay que involucrar a los empleados y empleadas en la transformación. Es decir, alinear a todos hacia un objetivo común y fomentar su participación en tal proceso.

Desarrollo de estrategias adecuadas para realizar el anuncio

Dentro de la planificación de este tipo de estrategias es preciso comunicar adecuadamente el cambio de marca. Enfatizar cómo dicha modificación beneficiará a los clientes y qué mejoras traerá a su experiencia con la empresa. Esta es la mejor manera de generar aceptación y comprensión.

Un buen plan de comunicación incluye el uso de marketing digital. Iniciar la creación de expectativas con antelación puede ser una manera efectiva de involucrar a nuevos clientes y recibir sus comentarios. Se trata de fomentar relaciones sólidas que se traduzcan en fidelidad y ventas futuras.

Se sugiere planificar el lanzamiento de modo amigable. Por ejemplo, a través de un evento especial o durante un aniversario. Considerar el momento y formato más apropiado para el público objetivo.

Actualización completa

Revisar que el cambio de identidad se produzca en todos los espacios. Hay que eliminar por completo la presencia de diseños antiguos. La coherencia es vital para proyectar una imagen profesional y organizada, en especial si lo que se busca es mantener la credibilidad de la marca.