Autor: Sara Cabanillas, consultora de comunicación en iMADES Communication
El storytelling, en su esencia más pura, evoca recuerdos de nuestra infancia, cuando nos acurrucábamos antes de dormir para escuchar los relatos de nuestros padres. Estas historias no solo nos entretenían, sino que también transmitían enseñanzas y valores que perduraban en nuestra memoria mucho después de que las luces se apagaran.
Hoy en día, el arte de contar historias se ha convertido en una herramienta fundamental para las marcas en su búsqueda de conectar con las personas. Reconocen que las narrativas tienen el poder de llegar directamente al corazón de su audiencia.
Importancia de utilizar el storytelling en la comunicación con clientes
El storytelling, o arte de contar historias, se crea como un pilar fundamental en la estrategia de conexión con los clientes o el público objetivo. Al narrar una historia que resuene con ellos a nivel emocional se establece un vínculo de confianza que va mucho más allá de la transacción comercial.
Las historias que más impactan suelen ser aquellas de superación, desafíos o perseverancia, pues reflejan valores universales y humanos que son fácilmente identificables y compartidos. Estas narrativas no sólo comunican el ADN de la marca, sino que también permiten a los clientes recordarla de manera más accesible y duradera.
Pero ¿por qué es más fácil recordar un mensaje transmitido a través de una historia? La respuesta radica en la conexión emocional que esta genera. Las personas no solo recuerdan los hechos, sino también las emociones asociadas a ellos. Por lo tanto, al narrar una historia, se activan mecanismos cerebrales que fortalecen la retención del mensaje.
Además, el storytelling ofrece una ventaja crucial: permite a las marcas presentarse de manera no intrusiva. En lugar de bombardear a los consumidores con anuncios directos, se les invita a sumergirse en una narrativa que les resulte relevante y significativa. Esta aproximación más sutil facilita la generación de confianza en la marca y construye relaciones más sólidas y duraderas con los clientes.
El storytelling en la comunicación interna de la empresa
El storytelling no solo despliega su poder en la relación con los clientes, sino que también se crea como una herramienta en la comunicación interna de la empresa, donde los empleados y empleadas conforman el público objetivo. En este ámbito, conectar a través de una historia no solo es efectivo, sino fundamental para impulsar la cohesión y el compromiso dentro del equipo.
A diferencia de los datos fríos y abstractos, las historias tienen el poder de resonar en un nivel más profundo con los empleados y empleadas. Al sentirse identificados con las narrativas que se les presentan, se ven reflejados en las experiencias compartidas, lo que genera un sentido de pertenencia y conexión emocional con la empresa.
En este proceso, la creatividad desempeña un papel crucial. A través de una narrativa hábilmente construida se puede tejer una historia que no solo entretenga, sino que también inspire y motive al equipo. Al involucrar sus emociones y despertar su sentido de pertenencia, se fomenta un ambiente de trabajo colaborativo y solidario.
Además, cuando los empleados y empleadas se sienten parte de una historia más grande, están más inclinados a comprometerse plenamente con los objetivos y valores de la organización. Este compromiso se traduce en un mayor nivel de implicación en sus tareas diarias, lo que a su vez repercute positivamente en los resultados globales de la empresa.
En resumen, el storytelling en la comunicación interna no solo es una herramienta efectiva, sino esencial para cultivar una cultura organizacional sólida y comprometida. Al conectar a los empleados y empleadas a través de historias que resuenen con ellos a nivel personal se fortalece el vínculo entre el equipo y se impulsa el éxito colectivo de la empresa.
¿Cómo aplicar el storytelling en la comunicación empresarial?
En el arte del storytelling es esencial tener en cuenta varios elementos clave que dan forma y profundidad a la narrativa. Estos elementos no solo ayudan a transmitir el mensaje de manera efectiva, sino que también cautivan la atención del público objetivo y hacen que la historia perdure en su memoria.
El primero de estos elementos es el mensaje mismo. Antes de comenzar a contar una historia es fundamental tener claro qué se quiere comunicar y cuál es el propósito detrás de la narrativa. El mensaje debe ser claro, relevante y capaz de resonar con la audiencia.
El escenario en el que se desarrolla la historia también desempeña un papel crucial. Este entorno proporciona el contexto necesario para que el público se sumerja en la trama y se concentre en lo que realmente importa. Un escenario bien establecido puede transportar a los espectadores a un mundo imaginario o ayudarles a visualizar la situación que se está narrando.
El personaje principal, o protagonista, es otro elemento fundamental. A través de este, el público puede conectar emocionalmente con la historia y comprender mejor el mensaje que se quiere transmitir. El desarrollo del personaje, sus motivaciones y sus desafíos contribuyen a dar vida a la narrativa y a generar empatía en la audiencia.
Finalmente, la estructura de la historia juega un papel clave en su efectividad. Una estructura bien formulada ayuda al público a seguir el hilo narrativo y a mantener su atención hasta el final. Los elementos como la introducción, el desarrollo y la conclusión ayudan a organizar la historia de manera coherente y a garantizar que el mensaje se transmita de manera clara y convincente.
En el mundo actual, donde las redes sociales dominan la comunicación digital, saber dónde posicionar el storytelling es fundamental. Las plataformas de redes sociales ofrecen un alcance masivo y la capacidad de viralizar historias de manera rápida y efectiva. Al no parecer publicidad intrusiva, el storytelling tiene el potencial de destacar entre el ruido digital y captar la atención de una amplia audiencia. Una vez que una historia comienza a circular en las redes sociales es probable que se comparta y se vuelva viral, llegando a un público aún más amplio y amplificando su impacto.
En definitiva, el poder de una historia bien contada radica en su capacidad para captar la atención del público, ya sean clientes o plantilla, y hacer que se identifiquen con ella. Es la mejor manera de humanizar una marca. En un mundo saturado de información, el storytelling se crea como una herramienta esencial para destacar y construir conexiones genuinas en el corazón de la audiencia.